Este verano «Pokémon Go» ¿quién no vio a alguien por la calle con el móvil cazando pokémons en sitios turísticos de las ciudades, pueblos y demás rincones elegidos para nuestras vacaciones? ¿Qué padre no escuchó mientras iba a la playa a tirarse a la bartola, decir a su hijo/a… «papá me voy a dar una vuelta a cazar pokémons», o disfrutando de la belleza de un monumento, ver a su hijo con realidad aumentada a todo meter, cazando pokemons allí mismo? ¿Ante qué estamos con Pokemon Go?: ¿Ante una moda pasajera o una nueva manera de hacer turismo?
En repetidas ocasiones y en varios post de nuestro blog, hemos dicho que en Turismo hemos sido testigos a lo largo de los años que llevamos en esto, de que tenemos el privilegio de vivir varias revoluciones en esta industria, aunque a veces no nos demos cuenta. La entrada de internet, la incursión acelerada de la telefonía móvil – Smartphones y la acelerada carrera de las redes sociales en la industria turística, tenemos que reconocer que han sido cambios más que sustanciales de entender esta industria desde hace más bien pocos años y que han modificado el marketing de cualquier empresa del sector.
Ahora nos vienen más dudas con esto del Pokémon Go. Muchos opinan que si son modas pasajeras, una cuestión que se morirá en segundos y que no dejará huella, etc. Nos viene a la cabeza la incredulidad y las dudas que muchos allá por el año 2000 le daban al mundo de internet, los móviles o las redes sociales. No nos acordamos ya pero muchos así opinaban o dudaban. Pues bien, en estas mismas podemos estar con el temita de Pokémon Go.
El gran cambio es que ahora resulta que nuestros adolescentes y no tan adolescentes, milenials en muchos casos, ya no pueden estar tirados en el sofá de casa jugando horas y horas a los incansables juegos de la Play, etc. Si no que estos resucitados pokemon les obligan a levantar el trasero del sofá para ir en su caza y captura, con el objeto de mejorar su ranking y tener cada vez más músculo pokemonil. Y este sí que creemos que es la clave del invento y el acierto fundamental del mismo.
Esta tontería, que sinceramente nos tiene un poco desconcertados, creemos que no debemos ni de lejos dejarla pasar turísticamente hablando. Ya son muchos los que intentan que haya un pokémon en su negocio o que este sea un gimnasio o pokeparada (pinche aquí para saber más). Está claro que Pokémon ha utilizado algún algoritmo para que de repente a nivel mundial aparezcan pokémons por todas partes y a buen seguro que los monstruos como Google, Tripadvisor y cía. tienen mucho que ver en el invento, porque sin duda de alguna manera, alguien sugiere y recomienda estos lugares a pokémon (desconocemos como), y desde luego a pedaleta seguro no lo hacen.
En nuestra humilde opinión, más que el tema Pokémon Go, lo que sí nos llama la atención es el concepto: para poder jugar te tienes que mover, encender tu móvil y darte un paseíto por ahí para cazar bichitos pokémon, ya sea individualmente, en las pokeparadas o en los gimnasios. Y en Turismo, cualquier excusa es buena para que pasen por tu puerta y que de alguna manera los enganches, ¿no? Ya vimos negocios, destinos turísticos y demás fuerzas vivas de la naturaleza turística que han movido ficha para situar sus estrategias de marketing relacionadas con el jueguecito de moda del verano y puede que a partir de no mucho tiempo, empecemos a ver a gente extraterrestre disfrazada de turista aprovechando su viaje para cazar más y más, ya no sólo pokémons, sino también Angrybirds o cualquier naturaleza de bicho virtual o animado que se nos vaya ocurriendo, obligando a utilizar el concepto de sal de casa para cazar, ya sea en tu ciudad o cuando te vayas de viaje sólo, en familia o por negocios.
Las frikadas que están de moda, no las menosprecien, porque auguramos que la que se nos viene encima puede ser otro concepto de unir viaje, cultura, ocio, experiencias y gamificación de todo ello, ya sea con pokémons u ocurrencias frikis varias que de aquí a unos años vayan pasando. Ahora bien, puede que el concepto de “juego en la calle y con mi móvil”, tenga mucho que decir a la industria y puede que no sepamos cifrar ahora mismo ni la dimensión, evolución, modelo de negocio ni alcance que pueda tener, pero sin duda se abre un melón al que hay que estar bien atentos.