Las líneas generales del plan incluyen una fase inicial de análisis del Camino de Santiago, que repasará la situación actual del trazado, la densidad de usuarios y hará un balance de la repercusión económica y las tendencias futuras. Después se emprenderá una fase de diagnóstico de la situación actual y la definición de objetivos, para concluir con la redacción de líneas estratégicas y el avance de propuestas de actuaciones, tanto urgentes como ordinarias.
El plan incluye también la posibilidad de integrar a las instituciones de las diferentes comunidades por las que atraviesan las vías de peregrinación a Compostela. Aunque no se explica el cómo, es un buen comienzo que en seguida queda algo ensombrecido por el siguiente punto del plan: la señalización. Ahí pinchamos en hueso en un tema para nada desdeñable en el que se han mezclado demasiados intereses privados y se ha actuado con cierta anarquía. El plan reconoce que la señalización del camino, así como el cuidado de las vías, se restringirá tan solo al territorio de la comunidad autónoma gallega.
Esta limitación parece no haber aprendido nada de la situación que se originó todos estos años, en los que el caos administrativo y el “cada uno que haga la guerra por su cuenta” fueron las divisas a seguir. Hagamos un pequeño repaso sobre las señalizaciones que un peregrino se puede encontrar en su camino hacia la ciudad santa.
Señales del Camino de Santiago
La concha del peregrino comenzó a utilizarse por recomendación de las instituciones europeas. En los años noventa del siglo pasado se convocó un concurso para diseñar el icono propio de la ruta compostelana y ganó la vieira. Las vías de la concha simbolizaban todos los itinerarios europeos que confluyen en Compostela, por lo que la indicación de la UE fue usar la concha en sentido de derecha a izquierda: vías largas que salen desde el lado derecho y confluyen en un único punto situado en el lado izquierdo. Este dibujo sería una esquematización de Europa y Compostela, ubicada en el extremo occidental. Bastante fácil de entender.
¿Se usan de forma homogénea estas señales?
Puede parecer un asunto más o menos trivial o entregado a aquello tan relativo del “punto de vista” pero, quizás, esconda una cuestión de más calado: el liderazgo que la comunidad gallega pretende mantener en la gestión del Camino, pero una posición de “primus inter pares” no puede nacer a base de cargarse un concurso europeo de homologación de señales que, para ahondar más en el despropósito, puede traer más confusión a los peregrinos, que son a quienes debería ayudar en primer lugar. También hay que señalar que el que cada administración vaya por libre no es exclusiva de Galicia.
La maraña administrativa y los intereses particulares añadidos a cada órgano de gestión pública han hecho de la señalización un puzle anárquico que no causa la mejor de las impresiones. Y, por supuesto, tenemos la literaria picaresca española y el caso de las flechas de mentirijillas: propietarios de negocios en vías cercanas al Camino que pintan estas flechas amarillas para que los peregrinos pasen por su establecimiento. Clásicos como los cuentos de Calleja
Demoledores son los datos de peregrinación a 10 de octubre de 2014 y nos sale que hasta esa fecha llegaron a Compostela 216.000 peregrinos. En 2013 lo hicieron 215.880 en todo el año, lo que demuestra que el Camino es un producto turístico de éxito pese a la crisis. Así que nos preguntamos ¿Cómo completa su viaje toda esta gente? ¿Caminan con mapas o con dispositivos electrónicos? ¿Preguntan a los vecinos o dejan que sea el Santo quien guíe sus pasos? ¿Todas las vías que atraviesan son aptas para caminar o transitar en bicicleta? Pues un poco de todo, aunque la mayoría utiliza las señalizaciones que mal que bien se extienden desde Roncesvalles a Santiago y quizás esté ahí uno de los encantos del Camino: completar la vía como se hacía antes y desconectar de una vez de tanto dispositivo y mundo digital.
El tema de la tecnología aplicada al Camino es de una enjundia casi suficiente para otro post por la descoordinación entre administraciones y sector turístico. En marzo de este año, presidencia de la Xunta presentó la plataforma SmartCamiño. Este contenedor de productos que concebía el Camino como un producto turístico, anunciaban un presupuesto de diez millones de euros y su objetivo era “capturar, ordenar y categorizar datos en tiempo real de múltiples ámbitos, como datos y parámetros de temperatura, humedad, exposición solar, flujos de visitantes y eventos, ofertas comerciales, alertas y avisos”.
La cuestión es: ¿Los usuarios realmente reclamaban este servicio o el Camino llama por otros motivos, que podrían ser completamente diferentes? Pues puede ser la segunda opción viendo la web Adiante Travel –empresa que comercializa el Camino en Estados Unidos—una de sus eslóganes de venta: “Leave Technology behind”. Tira con el móvil y la tablet, vaya. Esto nos deja la idea de que quizás existe una disparidad entre una administración que necesita vender algún tipo de avance en I+D pasándose de frenada hasta con el presupuesto y otra, lo que los peregrinos demandan del Camino, que es autenticidad, buenos servicios de señalización, contacto con la cultura local, con la naturaleza y olvidarse del stress del día a día de su acelerada vida, de la tecnología que nos persigue y hacer un viaje absolutamente de experiencias vitales e inolvidables.
En cuanto a lo que tienen que ver… El paisaje nos sirve para regresar al comienzo del post: Plan Director del Camino será redactado a lo largo de este año y quiere poner algo de forma en el caos de las señales que contamos de forma somera pero nada evitará que la travesía esté salpicada de paisajes bellísimos junto a polígonos industriales, o vías que serpentean entre urbanizaciones nuevas y semivacías, o trozos viarios que no son lo más seguro del mundo para caminar. Más vale tarde que nunca, repetimos, pero el remiendo puede llegar tarde. Antes no convenía completar el plan porque había otros negocios que atender y puede que hoy nos hayamos cargado un poco parte del encanto de un fenómeno que arrastra cada año a cientos de miles de personas, por mucho que las dificultades crezcan.
Como es poco probable una reforma de la administración de enorme calado, debemos confiar en que el plan pueda poner orden y seguridad en todos los caminos que conducen a Santiago, porque nos va mucho en ello. En el fondo todo este caos organizado no es más que un reflejo de la España de las duplicidades administrativas y de las infraestructuras muchas veces innecesarias a cambio de destrozar nuestras costas, nuestros pueblos y, por supuesto, el Camino no se quedó atrás en el caos ¡Así nos va! Pero bueno, pese a todo la gente viene y a lo mejor todavía no es tarde. ¡Dense prisa!
Gracias a vosotros. Una preciosidad vuestra zona.
Gracias por aclarar cierto contenido . Nos gustaría como asociación cultural y lo vamos hacer colaboración con el camino de San Andrés de Teixido y el camino más Francés que tenemos por el Ortegal . Garita de Herbeira .